top of page
Buscar

A día de hoy...

Actualizado: 6 jun

ree

Hoy me han hecho la pedicura.

Nadie ve mis pies. Es invierno y sólo yo me veo descalza, esa es la verdad. Siempre pido que me los pinten de rojo o coral o algún color vistoso y llamativo.

Si lo pienso un poco llego a la conclusión de lo tonto de todo esto...o a lo mejor no es tan tonto.

La psicóloga insiste de lo importante que es hacer cosas que me hagan sentir bien y siempre he sido muy coqueta. Imagino que pienso: Mi vida es una mierda pero mi pedicura, manicura,peinado y demás siempre perfecto...de manera inversamente proporcional, cuanto peor estoy mejor me verás...

Cuando me pongo a pensar un poco más en serio la realidad me asusta y es por ello que huyo dedicando ese tiempo en actividades que palien durante el tiempo que invierto en ellas ese miedo.

Mis pocos amigos y muchos conocidos sí me recuerdan lo maja que soy, lo guapa que soy...ya ves...como si la belleza fuera garantía de algo.

Voy a retomar las caminatas me he prometido.

En momentos como los que estoy viviendo mi cabeza da mil vueltas con mil historias y ninguna buena, la verdad, pero cuanto más voy caminando más se van difuminando. Los problemas siguen ahí pero ya los veo de otra manera y cuanto más cansada esté mejor,más relajada terminaré.

 Tampoco entiendo muy bien por qué me he animado a escribir en este blog.

Cierto es que soy muy digna y no cuento fácilmente cómo me siento. De hecho tanto en el trabajo como en ambiente sociales muestro una sonrisa sincera porque no quiero que me tengan lástima ni tampoco me gusta ir de víctima pero en este entorno no sabéis quien soy y eso juega a mi favor.

 Y ¿qué me pasa?  podéis pensar por curiosidad y la respuesta sería NADA.

- ¿Nada?

- Nada. Los días pasan,las semanas,los meses y los años y en mi vida nada cambia.

Me levanto, desayuno, hago cosas de la casa, preparo la comida, me voy a trabajar, vuelvo, estoy un rato con mi hijo, preparo cena ,recojo la cocina, veo un rato la tele, me acuesto y vuelta a empezar.

El fin de semana tomo algún vino con mis amigos y para de contar...

 En el centro donde trabajo vienen muchos matrimonios mayores. Muchos de la mano y me da mucha ternura y mucha envidia y pienso que si yo no voy de la mano de algún señor estupendo es porque no me dio la gana en su día y porque lo fastidié todo por caprichosa y puñetera que soy...y esa es la pura verdad.

A diario llamo a mi madre para comprobar que todo allí está "como siempre" y esa respuesta me tranquiliza.

A veces se queja de que su día a día es un aburrimiento y es sota, caballo y rey pero cuando le recuerdo que la mía también pero con una diferencia de 30 años se queda sin argumentos.

 

Soy joven todavía y estoy muy bien, dicen mis hijos, para la edad que tengo...ahí lo fastidian...pero debe ser verdad por lo menos por fuera, ya sabéis, sin rascar mucho.

 Echo de menos un compañero de viaje pero llevo muchos años sin él...ya no sabría cómo hacerlo. Intento cambiar algo de mi rutina para no caer en el hastío pero al final me siento sola porque estoy sola.

 Podría seguir con esta especie de diario que me está saliendo pero he releído un poco y dan ganas de cortarse las venas, la verdad.

 

Una pequeña reflexión sí me gustaría dejar:

 No prejuzguemos por lo que veamos a simple vista. No sabemos qué batalla está luchando esa persona.

 Y a los que me han leído hasta el final muchas gracias.

 

 MIS COSAS BONITAS

 

-El zumo de naranja recién exprimido.

-El primer sorbo del café recién hecho.

-El primer vino después del trabajo.

-La llamada diaria de mi madre confirmándome que todo como siempre.

-Las sábanas limpias y planchadas al acostarme.

-Un beso sorpresivo de mi Gon.

-Dos besos de mi Santi al reencontrarnos.

-Otro más recordado de la persona amada.

-Los aperitivos a la 1 donde siempre con mis amigos.

-El corazón latiendo deprisa por una llamada inesperada.

-La nómina ingresada al fin.

-Despertarte sin que te suene el despertador.

-La comida ya está lista.

-Los caramelos de café.

-Paulas Ibiza.

-Las reconciliaciones.

-Nacho Vegas.

-La casa limpia.

-La ropa planchada.

-El depósito lleno.

-Los rayos del sol de invierno en la cara.

-El agua caliente sobre la piel.

-El sonido de la lluvia golpeando los cristales.

-El coche limpio y aspirado.

-El piti después de desayunar.

-Las risas compartidas.

-La caminata en buena compañía.

-Los callos del figón.

-Nada de lo que preocuparse.

-Todo ya resuelto.


AL CARAJO… “EL CONTACTO CERO”


Lo estaba haciendo bien. Me estaba costando horrores, pero me mantenía firme.

2 meses en contacto cero. Era la manera, la única manera, me decía la psicóloga de empezar a sanar, de reponerme, de salir del pozo, de empezar a cuidarme y yo lo estaba haciendo bien...hasta anoche.

 Salí de trabajar. Los sábados en los que me toca trabajar hago doblete. De 9 a 21 horas del tirón. No es agotador pero sí aburrido, muy aburrido. A la vuelta de mi casa se encuentra "Vino Pasión", mi segunda casa, por cercanía y por encanto de un lugar acogedor y cercano.

Decidí casi por inercia que antes de subir a casa me había ganado un vino y además era sábado noche y seguro estaba ambientado.

Nada más entrar me topé con asomo con él...llevaba unos 2 meses sin verle y ya sabéis a lo que me refiero si os digo que noté en el pecho ese dolor agradable que sientes sin poder hacer nada para evitarlo.

Me resultó extraño verle allí. Cierto es que allí nos conocimos, pero él dejó de ir en el mismo momento que decidió de manera unilateral que lo nuestro era mejor dejarlo ahí...no estaba hecho para tener pareja y su prioridad eran las montañas y la aventura y yo no soy ni montañera ni aventurera, aunque me encantaba y respetaba que él lo fuera. Yo estaría allí. ¿Dónde? os preguntaréis...pues en ese trocito que queda, en esos tiempos muertos que sobraban, en esos días entre viaje y viaje...allí estaría yo.

Me invitó a sentarme. Estaba sólo bebiendo cerveza artesana. Me pedí un vino y empezamos a hablar. A decir verdad hablaba yo más que él. Él es parco en palabras y además castellano, esto es, seco y muy suyo, pero os puedo decir que es un gran oyente y un tipo interesante y cautivador.

Creo que lo primero que pasó por mi cabeza fue: Al carajo el contacto cero y ya llevaba 2 meses...cuando se lo cuente a mi psicóloga se va a enfadar...

Pero hacía tiempo que no estaba tan a gusto. Es curioso el poder que tiene algunas personas de hacernos sentir tan bien sin apenas hacer nada para lograrlo. No se cuantos vinos llevaba, unos cuantos me temo. Cada vez que volvía de fumar encontraba una copa llena en la mesa. Al tercer o cuarto vino cogió mi mano entre sus manos y empezó a acariciarla...y me gustaba el contacto de sus manos con la mía y se lo dije y eso fue el primer error...a veces no hay que decir en voz alta lo que sientes, te desarma y se te ve el plumero.

 Pasaron 3 horas volando entre vinos, abrazos y besos pero no supe ver la línea roja...en algún momento él me dijo que lo tenía que pensar. Ni siquiera quise saber más. Me hice la sorda y seguimos como si no hubiera escuchado nada.

 Me pidió que le mandara un enlace para un concierto de Nacho Vegas en Oviedo a finales de junio y así lo hice. Ya fuimos a Toledo a un concierto de Vegas y fue un fin de semana maravilloso.

 Todo parecía que fluía como antes.

Yo estaba en una nube...tan feliz. Le abrazaba, le besaba y le acariciaba la cara y me sentía espléndida nada que ver con la Eva del día anterior que sólo pensaba en que pasarán los días eternos para seguir recuperándome y perdonándome por tantos errores cometidos en el pasado.

A las 12 nos despedimos hasta el día siguiente, bueno, eso creía yo.

Esa noche me costó comer el sueño, estaba alterada. A las 8 ya estaba desayunando y después del marujeo pertinente me duché, me puse autobronceador para darle un poco de color al blanco invierno del cuerpo, me pinté, elegí minuciosamente la ropa que me iba a poner y a las 12 ya estaba en el primero de los bares de la "ruta" de rigor.

En "Con 2 cucharas" me esperaban 2 amigas hermanas...menos mal porque yo no paraba de mirar el móvil. No había llamada perdida ni whatsapp ni nada.

Llegó Gero, amigo montañero de ambos y al ratito bajamos al segundo bar del recorrido: El Figón. Ya eran cerca de las 2 de la tarde y seguía sin noticias y con la esperanza aún de que apareciera de un momento a otro pero no apareció y no llamó.

Terminamos la ruta en "Vino Pasión", el sitio donde unas horas antes coincidí con él. Más de lo mismo, y sin comer me subí ya a casa. Menos mal que Gon estaba en la biblioteca de la Complu y me despreocupé de comida. De hecho no comí. Me puse cómoda y me quedé dormida en el sofá.

Pasó la tarde, llegó la noche y seguíamos igual. Estuve a puntito de llamarle para ver qué había cambiado de ayer noche a hoy pero menos mal que no lo hice porque hoy por la mañana ya empecé a entender qué pasa.

 

Sólo quería confirmar que todo estaba igual, que yo seguía aquí y sin pareja. Ninguna competencia. Comprobar que yo seguía enamorada de él y tremendamente arrepentida.

Que estaba dispuesta a perdonar sus desplantes, sus malos modos, su indiferencia.

 Y una vez inflado su ego y comprobando que todo estaba controlado ya se quedó tranquilo y ya sabéis lo que cantaba Sabina: "A menudo los labios más urgentes no tienen prisa unos besos después..."

Y mientras tanto el trabajo que hice para poder recuperarme no ha servido de nada.

Otra vez en la casilla de salida y arrastrando más dolor.

 Cuando se lo cuenta a mi psicóloga se va a enfadar conmigo: "Al carajo el contacto cero".


LAMIÉNDOME LAS HERIDAS

 

-Siéntate Eva. Buenos días.

-Hola Amanda.

¿Has leído todo?.

-Sí, claro. Es mi trabajo y no, no te voy a regañar ni me voy a enfadar. Era previsible.

Está claro que ni por asomo estás curada y tampoco he sabido transmitirte las ideas de tal manera que las entiendas y que las lleves a cabo. Mal por mi parte.

Tengo que ser más clara, me temo.

Vamos a pensar en positivo. Voy a recordarte lo único que hiciste bien.

 -Ahhh, pero, ¿hice algo bien?

-Sí, irte antes de terminar de fastidiarlo del todo.

-No entiendo...

-Sí, cuando os fuisteis cada uno a su casa porque ya habíais bebido mucho. ¿Recuerdas?.

 -Cuando llegué a casa me había mandado un mensaje.

-Ya. Y ahora ¿podrías decirme qué quería decir en ese mensaje?.

 -Me ponía que le hubiera gustado pasar más tiempo conmigo...

-Ya. Eso decía pero, ¿sabes lo qué quería decir en realidad?...

-No entiendo Amanda.

 -Jo Eva, a veces me lo pones muy difícil, de verdad. No puedo creer que seas tan ingenua.

Voy a ser cristalina.

Lo que te dijo es que le hubiera gustado acostarse contigo. Y...menos mal que no lo hiciste y no porque no te apeteciera sino porque leíste el mensaje cuando ya estabas en casa con el pijama. Si lo hubieras leído un poco antes hubieras bajado de nuevo.

-A mí también me hubiera gustado...Amanda.

 -Ya lo se Eva y ahora estarías peor, créeme.

 -Me siento fatal Amanda. Despreciada y también engañada. Estaba tan ilusionada y tan contenta y ahora no entiendo este giro de guión.

 -La culpa, si podemos culpar a alguien, es tuya y solamente tuya Eva.

No pusiste ningún límite y te tiraste a la piscina y lo peor de todo. La piscina no tenía agua.

Y a ti se te olvidaron los malos ratos, el insomnio, el come, come de tu cabeza...todo se te olvidó en un momento.

Te cogió la mano y te derretiste como la mantequilla al calor y te desarmó...

 Por cierto. Este hombre es muy listo Eva o muy manipulador. Prefiero pensar lo primero, ya lo iremos viendo.

 -Tienes razón Amanda. No te puedo decir lo contrario. Tienes razón.

 -La tengo. No eres la primera asesorada ni serás la última. Piensa que esto era una prueba y no la has pasado.

Continuemos Eva.

Cuéntame qué pasó el sábado pasado cuando le volviste a ver.

 -El sábado volví a coincidir con él después de una semana sin saber nada de él.

Estaba en El Figón, tomando un vino, con conocidos en común. Surgió así.

Estábamos en la terraza y se unió al grupo.

Él a lo suyo hablando con uno y otro y yo sin saber cómo actuar, la verdad.

Estuve a punto de irme a casa pero al final me quedé un rato más porque estaba a gusto.

 Al rato bajamos al Vinopasión.

Había mesa dentro pero fuera, en la terraza, estaba Carli, José y demás y me paré un rato con ellos. Lo cierto es que quería evitar permanecer en la mesa y salía y entraba.

Como a las 17 me fui a casa y allí se quedaron todos.

 -Entiendo. Y ¿te dijo algo en algún momento?

-No.

-Ya, vale. Y, ¿que crees que pudo cambiar de una semana a otra?

-Qué había más gente.

-También, y, ¿que más?...

-No se Amanda...

-Le faltaban unas cuantas cervezas en el cuerpo, Eva.

Creo que la única manera que tiene este Señor de abrirse un poco y que afloren un poco sus sentimientos y que se muestre más empático es con alcohol, siento decirte esto. Pero es lo que creo.

Y, ¿qué tienes pensado hacer ahora?.

-No puedo hacer nada.

-Eso es, Eva. No vas a hacer nada. Pero nada de nada.

Lo único que me valdría, lo único, sería una disculpa, un arrepentimiento por parte de este Señor.

¿Ha quedado claro Eva?

Si por casualidad vuelves a coincidir con él le vas a preguntar qué quiere porque sinceramente todo este comportamiento que está manteniendo te trastoca y no te viene bien para tu estabilidad emocional que al final es lo que queremos conseguir.

 -Y yo, ¿que hago con este malestar, con esta ansiedad, con esta tristeza?.

 -Llorarla Eva y escribirla para que no se enquiste y dejar que pasen los días.

El mes que viene estarás mejor. No quiero decir que estarás bien pero dolerá menos y seguirás llorando pero lo podrás controlar. Ya no será a cada momento ni de una manera incontrolada y cada día será un logro para ti.

Céntrate en tu trabajo, sal con amigos, vete a pasear, tómate un vino y regálate algo bonito como premio. Has mantenido los dedos quietos sin mandarle ningún mensaje ni hacerle ninguna llamada.

La semana que viene nos vemos y cualquier cosa, ya sabes, la escribes y lo tratamos.

 

 EL PROBLEMA ESTÁ EN MI

 

-Buenos días Amanda.

Antes de empezar con la terapia tengo que contarte algo importante.

-Vienes muy decidida. Cuéntame. Te escucho.

-Todo esto que estoy sufriendo es culpa mía. Esa es la verdad y no sería honesto por mi parte si no te hablo de los antecedentes de lo que pasó antes...hace unos 3 años...

-Ha pasado tiempo. ¿Hace cuánto que le conoces?.

-Ufff...pues creo que 7 años desde que empezamos a hablar pero él ya me veía en los vinos...

-Mucho tiempo Eva. Esta historia tiene varios capítulos, ¿no?.

-Sí. 

Él no se comportaba como ahora ni mucho menos.

Era empático, simpático, atento...encantador vamos pero acabó hasta las narices por no ser más brusca hablando de mis idas y venidas, de mis altibajos, de mis cambios abruptos y sin motivo alguno...creo que algo no funciona bien en mi cabeza...

-Esto que me estás contando Eva cambia los hechos totalmente... pero dime, ¿Qué  pasó?...

-Pues dándole vueltas a todo y siendo objetiva lo fastidié todo por comportarme como una niña malcriada, una caprichosa y una inestable de libro.

Cuando empezamos a salir empezaron mis tonterías.

No se porqué la verdad.

Pienso qué pudo fallar pero él no hizo nada mal si lo pienso ahora...

Decidí dejarlo allí porque le dije que no iba a funcionar y al día siguiente ya estaba arrepentida y preguntándome porqué lo había dejado ahí si estábamos bien y nos llevábamos bien.

Nos reíamos juntos, íbamos a caminar. Él se adaptaba a mi ritmo, claro y me gustaba su compañía.

Y además me ayudó mucho, en todos los sentidos.

Cuando me caí por las escaleras hace 2 años y me rompí el húmero del brazo izquierdo me llevaba al hospital a las revisiones y venía a casa a ayudarme a cambiarme la gasa del brace ortopédico.

 -A ver si entiendo lo que me cuentas Eva. Estabas fenomenal con este Sr...y lo dejas sin saber muy bien el motivo y luego te arrepientes y quieres volver a retomar...

-Algo así, sí.

-Pues déjame decirte que todo esto me lo tenías que haber contado antes. ¿Por qué no has empezado desde el principio? Yo pensando ya en un perfil narcisista por parte de él y resulta que eres tú quien sufre trastornos...

¿Trastornos?.

-Sí, eso creo: miedo al rechazo, apego evitativo y falta de autoestima...también.

Pero tranquila. Vamos a tratar estos trastornos analizando los antecedentes para que lo gestiones de la manera adecuada la próxima vez que quieras establecer una relación sana desde el principio pero sería totalmente comprensible y entendible que este Señor no quiera intentarlo de nuevo...

Por lo que me has ido contando en otras sesiones tus relaciones más largas han durado 4 años...¿es así?.

-Así es.

-Puede que te falten herramientas emocionales, no es suficiente con querer hacer las cosas bien, Eva.

Para construir una relación de pareja sólida y sana se necesitan bases como la comunicación, el respeto, la confianza, la honestidad y el compromiso mutuo.

Además de la capacidad de perdonar, apoyar y entender las diferencias de cada uno.

 Y déjame decirte que todo lo que me cuentas se acerca más a una telenovela interminable e incomprensible...

 Pero...

Y se acabaron mis visitas a la psicóloga...

Ya esto pintaba muy feo.

Ya me machaco bastante para que me recuerden lo inestable que soy y encima pagar por ello.

 Queda claro, eso sí ,lo complicada que soy para las relaciones sentimentales.

Queda claro también lo intensa que soy.

Queda claro lo inestable y veleta en lo que a mis sentimientos se refiere.

Y sí, he aprendido la lección.

No creo que la persona a la que quiero me de otra oportunidad, lógicamente estará hasta las narices de mí y lo comprendo perfectamente.

 

En mi defensa diré que soy buena como amiga y como madre.

Alguno me recuerda que poseo todas las cualidades para gustarle a los hombres pero no lo creo. A algún encaprichado conmigo le he explicado que no soy buena como pareja y que mejor dejar las cosas como están.

 He pasado de manera radical como todas las cosas que hago de querer una relación sana a darme cuenta que primero tengo que hacer las paces conmigo y más adelante pues ya veremos qué pasa.

 Creo que sí,que todo lo que me ocurre es muy probable que venga de muy atrás...eso que le hubiera gustado a Amanda empezar a desenterrar...pero no estoy dispuesta a hacerlo.

 Hay cosas que es mejor dejarlas dónde están...en los recuerdos. Y respecto al Señor que nos ocupaba nadie va a conseguir que me lo quite de la cabeza, me temo.

 

El tiempo será el que ponga todo en su lugar.






 
 
 

Comentarios


Ya no es posible comentar esta entrada. Contacta al propietario del sitio para obtener más información.

Suscríbete a nuestro blog


Si deseas recibir un aviso cuando se publiquen nuevas historias,

o conocer las próximas actividades programadas:

Suscríbete a nuestro blog

bottom of page