Una montaña rusa
- Eva Diaz Martin

- 20 oct
- 4 Min. de lectura
Actualizado: hace 3 días
Es domingo y abro los ojos.
Empiezo a recordar lo que ocurrió ayer noche y
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subo.
Fue estupendo.
Le sugerí una escapada a Mieres para ir al concierto de Nacho Vegas. Me dijo que lo preparaba todo. Han pasado 2 días sin noticias. No llama, no escribe, no nada.
Le escribo yo...me contesta que no ha tenido tiempo de mirar nada y que además son 4 horas de viaje y cae en jueves y hay que mirar alojamiento y que tiene que ver que no tenga nada más...
¿Que no tenga nada más?...
Ya me está contestando...no hay más preguntas...y
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bajo.
Me sentí tan anulada, tan insignificante, tan despreciada.
Muy digna yo compré una entrada para el concierto de La Riviera, en Madrid, no es ni parecido porque si somos honestos lo que más me gustaba del concierto en Mieres era ir con él...pero olvídate de eso, me repito mentalmente.
Quedan 6 meses para el concierto en Madrid pero no quiero quedarme sin entrada. El de Mieres se agotaron las entradas en días.
Le volví a ver al finde siguiente. Me comporté como si no hubiera pasado nada y como era de esperar nos volvimos a besar cuando me acompañó a casa...no lo puedo evitar.
Al día siguiente como era previsible desapareció de nuevo...
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bajo.
Al jueves siguiente Enrique exponía en Vino Pasión y yo prometí pasarme cuando saliera del trabajo. Eran las 9 y pico de la noche.
Habían asistido algunos amigos.
Después de ver la exposición me siento con ellos y pido un vino.
Escasos 10 minutos después aparece por la puerta...sí. Ese mismo.
Acababa de llegar de visitar una bodega en Burgos. Le habían regalado 3 botellas de la cata. Una de ellas es para mí, me dice.
Visto lo visto prefiero ir de un sitio a otro...salgo a fumar, vuelvo a entrar, veo en otra mesa a Guadalupe y Antonio, un matrimonio estupendo y encantador. Hablo con ellos un rato...
Vuelvo a mi mesa intentando mantener conversación con Christopher, con Raquel...mejor no hablar con él, me puede y ya estoy muy tocada y muy confundida.
En un momento dado me pregunta si he visto "el correo".
-¿El correo...? he cambiado de dirección de correo. El antiguo no existe...
Me pregunta la nueva dirección de correo, se la doy y me enseña "el correo" en cuestión..."dos entradas para Nacho Vegas en Valladolid a mediados de abril..” me vuelvo loca.
-¡Qué maravilla! Estoy pletórica otra vez y
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subo.
Acabamos tomando otro vino con Guadalupe y Antonio y yo...tan feliz.
Al día siguiente salía hacia Cantabria...sus montañas...
Sin noticias, sin llamadas, sin nada de nada y
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bajo.
El domingo por la tarde llegó a casa Gon con Alejandra. Venían de pasar el fin de semana en el pueblo. Alejandra volvía a Sevilla al día siguiente...mejor los dejo solos un rato y me bajo a dar una vuelta.
Vino Pasión estaba cerrado...qué raro.
No suelen cerrar los domingos por la tarde. Decido ir a La Casona como segunda opción.
De camino veo a la pandilla de Miguel, Carmen y compañía en la puerta de el irlandés...me acerco a saludarlos y...¿Quién estaba tomando cervezas con ellos?...sí, ese mismo, había llegado de Cantabria hacía un rato...le pregunté si había traído sobaos.
Si, me contestó...traigo muchos encargos...
El vino de el irlandés un asco, la pandilla de Miguel y compañía iban muy cocidos ya...
Decido pasarme por La Casona que tienen buen vino y así hago tiempo.
Pregunto si se vienen...ninguno está por la labor. Me voy sola y
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bajo.
Hoy es miércoles.
Ni tengo esa botella de vino de Burgos ni un triste sobao de Cantabria.
Fin con sabor a vino y sobaos

Me va a costar escribir hoy pero debo hacerlo.
Toca escribir lo que mi mente me está pidiendo y mi intuición me suplica...
-Eva déjalo ya...es hora de soltar.
Me lo dice la presión en el pecho y un nudo en la garganta.
Me lo dice lo sequedad y la rapidez a la hora de entregarme la bolsa de sobaos y la botella de vino...no me lo esperaba así...ni por asomo. Cómo la Antoñita "la fantástica que soy" esperaba compartir ese vino contigo...ya ves tú qué desencaminada estaba...qué perdida
Me lo dice mis pasos de vuelta a casa...arrastrados y torpes como toda yo.
Me lo dice tu mirada a la que le faltó gritarme: "Toma el vino y los sobaos y déjame vivir".
He llamado a Amanda...imagino que necesitaba que me escupiera la verdad a la cara,sin delicadeza.
Me lo ha resumido de una manera clara y rotunda...
-Eva. Lo que está claro es que no formas parte de sus planes y que ni por asomo te encuentras entre sus prioridades y no, no cuenta contigo ni quiere que estés allí donde quieras que vaya...ni el concierto de mañana ni el viaje de este fin de semana largo a Portugal.
Fin de la historia.
Punto y final...por favor.




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